La noche de los símbolos

Gracias Raúl

Fue la noche del símbolo y por consiguiente la de los simbolismos. Y de estos no falto ninguno de los necesarios para que un homenaje sea como debe de ser. Muchos aficionados que sufrieron a Raúl como rival  podrían hablar mal de él, pero si se deja a un lado la camiseta tenemos que reconocer el pedazo de leyenda del fútbol que es.

Desde todos los barrios, no importa si son pijos u obreros, desde las orillas del Manzanares hasta los vecinos de Barajas, turistas, merengues de corazón o solo amantes del fútbol y sus leyendas tomaron camino al campo de Chamartín para aplaudir al mito blanco.

Archivo / Gerzu©

Y así empezó la noche, como no podía ser de otra manera, salto al campo vestido de blanco. El primer simbolismo por parte de la afición fue el tradicional tifo de los ultras con un gracias sobre fondo blanco poniéndole imagen a la inmensa ovación de toda la casa blanca. Por parte de la directiva todo empezó con un video recordando goles míticos como aquella carrera en solitario frente al Valencia en la final de París.

La sorpresa de la noche fue la presencia del Rey quien le entregó una réplica de la Fuente Cibeles, aquella que como jugador blanco tantas veces visitó y otras tantas como capitán vistió de merengue.

Apenas pisando el césped de nuevo llegó el primer tributo de la plantilla hacía el eterno capitán. Como no podía ser de otra manera, los últimos 45 minutos de Raúl como jugador blanco, los tenía que cumplir con el brazalete en el brazo derecho. Y de eso se encargo Iker, primero se desprendió del brazalete negro con el escudo madridista, se lo entregó al 7 para después intercambiar posiciones con él en la foto oficial.

Simbolismos puros, pero esos detalles hacen grandes a los jugadores, a los clubes, a las camisetas y sobre todo a las personas.

El partido por si mismo era lo menos atractivo de la noche pero había que jugarlo. Si eran sus últimos minutos con la playera del Real Madrid y si 80 mil fieles habían llenado el campo para verlo jugar con dicha camiseta había que dejarlo todo en el campo. Corrió como si se tratara de su debut, se desmarco constantemente, exigió movilidad, busco las espaldas de la defensa y así llegó el momento esperado.

Al minuto 23, tras un balón recuperado en media cancha, Cristiano lo bajó de cabeza para Di María quien de primera  metió el pase bombeado a Raúl para que controlara en un toque, rematara de izquierda  y mandarla al fondo de la portería como hizo otras 323 veces vistiendo la camiseta merengue.  La grada explotó y de nuevo se escucho el “¡Raúl, Raúl, Raúl!” por todo lo alto.

Llegó el final de la primera mitad y aparecieron los siguientes detalles que marcan la grandeza del jugador. Cruzó todo el campo para entregar el brazalete de capitán a Casillas, la entrega del testigo, el “se que está en buenas manos” sin palabras. En 2010 no tuvo la oportunidad de entregar el brazalete al nuevo símbolo blanco y le puso remedio 3 años después.

En su camino al vestuario para cambiar de camiseta por la de su actual equipo se desprendió de la playera blanca con el 7 y corrió al encuentro de Cristiano Ronaldo, actual dueño del legendario número. De Amancio a Juanito, después Butragueño, siguiendo por Raúl hasta llegar a Ronaldo este número está íntimamente ligado a la leyenda del Madrid; es el número más mítico del madridismo y Raúl lo sabe mejor que nadie. Más que obsequiarle la playera de recuerdo a Cristiano, lo que hizo fue reconocerle su lugar en la historia blanca.

La segunda parte dio paso a la nueva generación blanca, los nuevos refuerzos, los canteranos que vienen empujando y que ilusionan a la grada con pronto ver a otro Raúl corriendo por el campo del Paseo de la Castellana. Jesé, Morata o Isco pueden ser los herederos de las glorias de Raúl y la gente lo sabe.

La gente mientras tanto recordaba viejos cantos como el ¡Raúl selección! ¡Raúl selección!, sin olvidar a Luis Aragones, seleccionador que prescindo de él y que por esto y por su pasado colchonero, provoco la replica del ¡Luis Aragones que borracho es! ADN blanco por todo lo alto.

El reclamo de la presencia en la Roja del ídolo blanco suena hoy. Suena a reclamo a Del Bosque y a la Federación Española de Fútbol para la realización de un tributo similar con la playera nacional.

Cayeron los goles, 4 en total, con doblete de Jesé, uno de Isco, (¡nuevamente de cabeza!) y un penal por parte de Benzema. El marcador llegó al minuto 90 con el 5-0 dibujado pero era lo de menos. La entrega del trofeo a los nuevos capitanes blancos, Ramos y Casillas tampoco importó en demasía.

Importó más la foto con el trofeo para la cual Raúl lucía de nuevo la playera blanca y corrió para deslizarse sobre el césped para quedar en primer plano para los fotógrafos.

Arvhivo / Gerzu©

Los últimos simbolismos llegaron seguidos, el manteo por parte del equipo blanco, la vuelta a la cancha con una pausa para complacer la petición popular que sonaba desde la grada: “Raúl saca el capote, Raúl saca el capote” y así lo hizo. Se acercó al fondo norte para tomar el capote de torero y repetir los pases que hizo por última vez al celebrar el título número 31 del Real Madrid.

Archivo / Gerzu©

Fue el broche final para una noche memorable. El último símbolo indiscutible del Madrid recibió el tributo del club de sus amores y revivió el romance con una grada que nunca lo ha dejado de adorar y nunca lo hará.

¡Gracias Raúl!

Archivo / Gerzu©

Gracias por el fútbol, aún y aunque no sea merengue, la leyenda de este señor supera los colores. El último gran jugador de esa generación, regreso a su casa para recibir la última ovación de pie y muchos asistimos solo para decirle, ¡Gracias!